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En una playa junto al mar
Es el centro comercial más caro de la costa argentina y no para de crecer año a año, extendiéndose como un laberinto por los bosques de Cariló. Es el paseo de compras donde se puede tomar un té con torta exquisito, conseguir fiambres artesanales, encontrar ropa de marcas de alta gama y tomar helados a precio dólar. Ese lugar, que conoce cualquier turista que haya ido alguna vez a esas playas, está cotizado en cuatro millones de pesos y tiene 2.170 metros cuadrados cubiertos de locales. Sin embargo, su dueño lo declaró ante la agencia recaudadora de impuestos bonaerense (ARBA) como un inmenso y depojado baldío. El dato surge del último informe de los inspectores de ARBA en la costa argentina.
El caso de la galería de compras de Cariló no es la única evasión poco sutil de la villa turística. En el marco del operativo Tormenta de Verano encargado por el recaudador provincial Santiago Montoya también descubrieron un moderno y recién estrenado complejo hotelero que tiene 16.730 metros cuadros y está cotizado en 13 millones de pesos, pero tributa como si tuviera unos modestos 200 metros cuadrados construidos. Además, detectaron tres casas particulares que ocupan construidas sobre lotes que siguen figurando como baldío y logran, de esa manera, evadir 700 mil pesos de impuestos.
Pinamar tampoco es la excepción a la hora de engañar al fisco. Los sabuesos encontraron un Mc Donald¿s inaugurado este año y ubicado sobre la avenida Bunge, la principal de la ciudad, que funciona en un local que está inscripto como vivienda. Todas estas irregularidades juntas acumulan una evasión de 14 millones de pesos y en realidad son apenas una parte, la más grosera, del resultado de la fiscalización individual que rentas provincial montó sobre la costa atlántica. La semana que viene se sabrán los resultados del operativo que abarcó 400 hoteles, 250 balnearios, 30 distribuidoras mayoristas y 20 restaurantes.
La forma de llegar a los evasores es por medio del cruce de información: sacaron fotos satelitales, chequearon si los inmuebles aparecían en operativos anteriores y buscaron la declaración jurada de sus dueños, cuyos nombres no se pueden revelar por el secreto fiscal. Cuando se lanzó Tormenta de Verano, Montoya visitó la playa y mostró toda la tecnología puesta al servicio de encontrar a los evasores. Este año, dijo, ¿la estrategia de la provincia es muy clara: no vamos a molestar a los que vienen cumpliendo¿. Al resto decidieron seguirlos hasta la reposera. Además de notificar a los deudores, personal de ARBA recorre las playas con postnet en la mano. Es decir, los inspectores buscan a los evasores que están de vacaciones y les ofrecen pagar ahí mismo con tarjeta de crédito Visa y hasta en doce cuotas. ¿Cómo lo logran? Con terminales móviles inalámbricas que permiten cobrar con tarjeta con la arena entre los pies.
El operativo se despliega por todos los rincones del Atlántico. Hay inspectores en Mar del Plata, Miramar, Necochea, Villa Gesell y Pinamar hasta llegar a San Clemente del Tuyú. Los destinatarios de los sabuesos están en todos los rubros: hoteles, pesca, bares y restaurantes, inmobiliarias, boliches y los balnearios que alquilan carpas y huyen de las tormentas de verano.